El proceso de creación de Mezcal Don Roy es un ritual ancestral donde la tierra, el fuego, y el tiempo se entrelazan en una danza armoniosa. Todo comienza con el agave espadín, que durante años extiende su brazos al sol oaxaqueño, absorbiendo la esencia de la tierra y del viento.
Al alcanzar su madurez, el agave entrega su corazón, que es cocido bajo piedras ardientes, donde el fuego despierta sus secretos más profundos y los transforma en un susurro ahumado. La molienda librea su dulzura, un néctar que al fermentar en tinas de madera se convierte en vida líquida, guiado solo por la magia de las levaduras silvestres.
La destilación, es alquimia pura, extrae el espíritu del mezcal, destilando no solo sabores, sino historias y tradiciones que han perdurado por generaciones. Cada gota de Mezcal Don Roy es un poema líquido, un tributo al legado de la familia Chagoya y un abrazo del alma oaxaqueña que invita compartir momentos inolvidables.